Nuestro pequeño tesoro

Nació hace trece meses. Nos separaron y en tres días no pudimos estar juntos...eso nos dolió mucho, pero era necesario ya que estábamos los dos malitos.

Su papá podia tocarlo y eso me reconfortaba ya que él me decía que cuando el bebé lo sentía se agitaba, lo reconocía...por lo menos no se sentiría solito al notar el cariño de su padre.

Esos tres días se me hicieron eternos, después de 9 meses tenía tantas ganas de abrazarlo...

Al tercer día por fin me dejaron ir a verlo, aún se me llena el alma de lágrimas cuando me acuerdo de ese momento. Recuerdo que olía a mi.

Me llamaron mucho la atención sus manos, que lejos de ser menudas eran grandes, por eso hice la foto:me impresionaron.

Cuando lo vi tan pequeñín no pude evitar echarme a llorar, eso si, a escondidas ,ya que las enfermeras amenazaban con echar de allí a quien transmitiera tristeza, ya que decían que los niños necesitaban energía positiva. Y yo no estaba en condiciones de explicarles que mis lloros eran por la felicidad del reencuentro con mi hijo..

Al quinto día estaba mejor y el resto de la familia pudo verlo, pero a través de un cristal...era muy divertido verlos a todos haciéndole cucamonas y riendo cada mueca y cada movimiento del nuevo miembro de la familia. Por suerte todo salió bien, pero yo no estaba preocupada por eso porque sabía que todo iría bien, pero juego con ventaja ya que tengo al mejor ángel de la guarda, pero eso es otra historia

Es nuestro tesoro porque nos ha enamorado a toda la familia, es una gran alegría levantarse cada día, aunque te despierte veinte veces cada noche, y ver su preciosa sonrisa dándote los buenos días. Es la mezcla perfecta de su padre y de su madre, es el mejor producto del amor.