
Espero que paseís todos una Noche Vieja mágica y especial y tengais una buena entrada al nuevo año.
Un abrazo

Hoy a sido el día de los Inocentes, y seguro que todos hemos sido potenciales víctimas de alguna, aunque no hayamos caído en ella. No se si habréis caído en la mía, no lo se porque esta entrada está programada desde el día 20, por si no pudiera encontrar un ordenador cerca,...supongo que no habréis caído. Bueno, que por suerte o por desgracia, nunca se sabe, no estamos esperando trillizos, ni gemelos ni nada por ahora...así que si alguien ha picado:
INOCENTEEE!!!INOCENTEEE!!!

Llevamos ensayando desde julio, así que espero que os guste porque nos ha costado mucho trabajo conseguir este resultado tan...tan.....tan...indescriptrible.


Ya se que está de moda odiar la Navidad. Mucha gente que conozco dice que no le gusta, que si pudiera pasaría por alto estas fechas. Pues a mi me gusta la Navidad. Puede ser que mi niña interior aflore más aún en Navidad, puede que sea el frío, el poder abrigarse para salir a la calle y agradecer el calor del hogar cuando llegas a casa,puede que sea los bonitos recuerdos de Navidades pasadas...no sé...se me ocurren un millón de razones. Y este año se me ocurre una más: el hacer que Antonio empiece a tener recuerdos mágicos, recuerdos que le hagan vivir estas fiestas con ilusión, con la ilusión y la añoranza que empapan mis recuerdos cuando pienso en mis Navidades infantiles. Y mis recuerdos huelen a almendras garrapiñadas y saben a caramelos de anís.


