lunes, 9 de agosto de 2010

Quién pudiera volver a vivir esa mañana...

Esa mañana me desperté pronto. Debió de ser el ruido de la puerta de mi habitación. La abriste para mirarme, como hacías siempre que estaba contigo. "¿Vienes a desayunar conmigo?" . Pese a mi fobia a madrugar me levante como un rayo. Con la cara lavada y "recién peiná" te cogí de la mano. Mano fuerte, mano segura, mano amorosa, mano honesta. Salimos a la calle. Debía de ser primavera o verano porque no hacía frió, pero tampoco calor. Una caricia de frescura me tocó la cara, unas calles aún solitarias me regalaron ese sol tan bonito que hay en Astorga en sus primeras horas de vida, eso sol que ilumina el alma y que aún no olvido. Debía de tener 8 o 9 años, o puede que alguno más y me encantaba estar contigo.
Caminábamos de la mano, como siempre. Abrimos el bar y desayunamos. No recuerdo el qué, pero eso no me importa. Sólo me importa el tener esos recuerdos, el sentirlos tan cerca aunque están ya tan lejanos, el sentir que vives en nosotros porque pese a que no estás, estás siempre. Te quiero.

2 comentarios:

eva dijo...

Mari Te mando un beso bien grande.

Marisol dijo...

Tia...otro para ti y para Manina....muuuuuuuuuak

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