STOP.

Nunca he tenido la sensación de ahogarme en un vaso de agua, pero reflexionando sobre estos últimos años me estoy dando cuanta de que soy una experta. Tenía la idea de mi misma de ser una mujer decidida pero sopesando mis actuaciones me doy cuenta de que no lo soy y ya no se si alguna vez lo he sido.
La maternidad me está quedando grande y he tomado consciencia de que no he disfrutado del embarazo ni de los primeros años de mi niño (si, ya es un niño) como hubiese podido. Y eso me hace sentirme mal....muy mal.
Durante este tiempo han habido tantas cosas dado vueltas por mi cabecita loca que me han impedido disfrutar a tope de esta experiencia tan preciosa. Ha habido de todo: miedos, dudas, ira, dolor, egoísmo mal entendido....

Pero hasta aquí hemos llegado. Oyendo a Antonio trastear con un pianillo en su habitación en vez de dormir, he llegado a mi tope. No piendo pasar ni un segundo mas sin disfrutar de todas las cosas buenas que tengo, no pienso dejar que mis "mierdas" me quiten una época preciosa.

Y se que cuesta, cuesta mucho no caer en la auto compasión y en la dejadez. Cuesta mucho no dejarse llevar por la rabia y por la ira que aparecen sin un porque, cuesta mucho quererse como se es. Y como cuesta tanto un pasito es una victoria. Yo llevo dados ya unos cuantos pasitos...centímetros en un maratón. Pero tengo fe en mi. Tengo fe en ti. Tengo fe y ganas de andar.

No quiero ahogarme en un vaso de agua. Nunca mais.